SANTIAGO, CHILE

Mirada desde el Cerro Santa Lucía

Javier Torres O.

(Fotografías)

 


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Panorama


Asciendo
respiro a respiro
hasta la cima de tu alma verde
Santa Lucía
el cerro.

Llévame por tus peldaños
hasta tocar el cielo.

Desde la cúspide de tu paisaje
se me entrega Santiago
con sus gemidos de calles atestadas
y ruidos de vehículos dominantes.

El movimiento incesante de la vida
y el porte de gigante erguido
al centro de Santiago.

Y tú,
Huelén
majestuoso
Señor
del verde encendido
bondadoso de aromas
historia y gente.

Me vas llenado las pupilas
del paisaje de antaño
cuando el mapuche cruzaba los parajes
sin semáforos ni calles.

Se me enreda en la memoria
un pasado que soñaba
abriendo anchas alameda
¡ay! dolor de la impotencia
derramada en tantas calles.

Si la historia se abriera de par en par al futuro
rodarían miles de mitos
y quedaría la piedra acrisolada.

Toda la ciudad es mía
desde tu cima
encantada.

Cierro los ojos y aspiro
y todos los olores me llegan...
empanadas, humitas,
fondas, septiembre,
tortillas de rescoldos calientitas
y el rico peure cuchareado.

Aromas de fruta, mariscos y flores
aromas de niños, viejos y jóvenes.

Cierro los ojos,
no miro...
y ahí está lo más querido
lo más recordado en la distancia
lo más guardado en el alma.

Un mañana deslizándose
con el sol a las espaldas
y la esperanza muy libre
descendiendo,
cerro abajo
sonriente
y altiva.

Santa Lucía,
el cerro
atalaya en el destierro.

© Margarita Carrasco