cristal.jpg        Cristales trizados

 

Solo...

Solo me supe frágil
en el amor.
Ahí,
cuando estuve entre sus manos
y fui cristal
y firmamento
hecho trizas a sus pies...
Antes...
antes siempre fui yo.
 



Por ti...

Es por ti
que anduve mirándome
en las pozas de barro
y comiendo pasto y tierra mojada
como si comiera primaveras
en octubre.

Por ti...
brinqué tan alto
que alcancé el infinito
y tricé la noche
para mirar tu sueño.

Por ti...
por ti...
Gemí los árboles al viento
del otoño que vivías...
y tragué remolinos
de hojarascas molidas.

Amor…
por ti…
solo por ti...
rasgué la esperanza
del verano
e incineré al sol
para entibiar tus miedos.

Rompí la alegría del amanecer
para vivir tu duelo...

Cultivé cicuta
concientemente
y de mutuo acuerdo
conmigo misma
para alcanzar el cielo...

Y nada fue bueno...
y nada fue bueno...

 


Acúname...


Acúname, madre
en tu pecho nido
en tu vientre vivo
acúname madre
que aún no he nacido...
Acúname y suéñame
reina de vida
princesa en tu cuento
y soñadora
niña....
Acúname, madre
que aún no respiro...
aún no le amo
aún no le beso
aún no le pierdo
entre mis suspiros.
Acúname, madre
que aún no he nacido...
Aún no me trizo.
Aún no respiro.

 


De las cosas perdidas

De las cosas perdidas
se me allega un canto,
un ojo que llora
sonrisas gastadas
y la carta que arde
palabras heridas
y un beso que cae
rueda
y se quiebra
noche abajo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sospecho mariposas...

Sospecho mariposas en tu alma
destilando aleteos luminosos
hasta tu mirada.
Sospecho orugas en tus labios
a punto de volar en besos
hasta los míos.
Sospecho tristezas de colores
en tu vida...
vuelos asustados
después de las lluvias.
Sospecho mariposas trizadas en tu alma
prontas
a fragmentar el aire que nos circunda
 


Sospecho ausencias...

Sospecho ausencias
trizando cristales
noche y luna.
Sospecho angustias
cerrando con candado
amaneceres y soles
de buenas esperanzas.
Sospecho una mano
lanzando lejos las llaves del día.
Sospecho miles de palabras
esperando tus versos
para recrear la vida.
Sospecho que vienes dolor
y te detiene la poesía…


Entretejiendo...

Entretejo....
Entretejo noche y palabras vencidas.
Rompo las sutilezas que me atan a ti.
Acallo los poemas que se asoman a mis dedos.
Acojo el sonido que te va ahuyentando...
Y te imagino subiendo la escalera del día,
hasta el infinito,
muy lejos de mí...
Mi mano se levanta para un adiós negado,
pero,
verso a verso,
regresas al primer peldaño.
¡Tan imaginado has sido
que te vuelves real!



Cuando rompa los cristales

Cuando rompa los cristales de mi casa
habrán miles de fragmentos
de melodías vividas
danzando el infinito...

Y
nadie me negará
ni antes
ni después
del canto del gallo.

Será la medianoche
del niño de los pastores.

Y los cánticos evangélicos
serán mi nombre.



Alguien me espera

Alguien me espera en alguna parte.
Ha puesto el mantel al alba
y mira
sereno
la distancia,
con una taza en la mano.
Y no llego...
he de llevar el pan
y no lo encuentro...
Sólo sé que estoy viva
y atrapada
en algún rincón oscuro
del amanecer.
La taza cae de su mano
y se derrama el café...



En algún lugar

En algún lugar
los pétalos de sol
lloran
desangrándose
y se trizan
y caen a pedazos
las estrellas...

 

                                 © Margarita Carrasco

                                       diciembre de 2003

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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