Yo, la maldita
 

 

 

Yo, la maldita


I
Yo,
la maldita.
Yo,
la dolorosa.
Yo,
la que sientes innombrable.
La que te muerde el sueño
cada noche en la alcoba,
la que te abraza desnuda
y te roe la lectura, latiendo
y lates soñando
que somos un mismo
momento
un mismo instante.
La que te llenó de ausencias
la que despertó lo imposible
la que te arrancó la paz
la que te niegas a nombrar
y sientes eternidad.
La que se descuelga por tu cuerpo
letra a letra
hasta el verso final.
La que vives en poesías
con la cadencia del gozar.
La que sientes viva a tu lado
la que quieres olvidar
la que se te pega a la piel
temblorosa por amar.
Yo, la maldita
yo, la dolorosa,
yo,
la innombrable.

Yo,
a quien matas,
amando.

II
Nosotros ,
los malditos,
los dolorosos,
los innombrables,
los de carne y hueso
transitando la calle...
los que hemos sentido
en un segundo la muerte
el instante supremo
de caer y caer
en un vértigo...
Nosotros los dolorosos
de haber vivido sin máscaras
mirando de frente
la puta vida
sin temores
osando
mascar otoños
y escupir hojarascas.
Nosotros los innombrables
los de palabras soeces
cuando el dolor te retuerce
cuando la vida
escuece.
Nosotros los que hemos vivido
estar tirados en el asfalto
y ninguna maldita rueda
ha querido destrozarnos.
Nosotros ,
los de carne y huesos
los del momento crucial
los que tomemos el sol con las manos
y lo tiramos al mar
para ofrecer la fotografía
que los otros quieren tomar.
Nosotros
reconocemos haber muerto
haber dejado de respirar
en ese preciso momento
en que algo salió mal.
Los que no han vivido eso
benditos sean!!!!
y a leer
y a cantar!!!!!

Nosotros lo haremos mañana.
O quizás ya jamás!
A veces,
por duelo,
suspendemos
hasta la función inaugural.

III
Y después de Navidad
Qué hacen los malditos?
Después de nochebuena
cargando en la espalda
un saco lleno amargura?
Cuando respiran compasión
y deseos de ganarse el cielo?
Cuando las almitas blancas
les han saludado entre dientes
y dejado entre las manos
un paquetito
bonito
y de
encintado
sonriente?
Y después de navidad
qué hacen los muy malditos?
Siguen durmiendo en las calles
sin compañía,
tapados
con papeles de regalos,
quizás,
un poco
más
sólos
tristes
arrugados...

IV
Los poemas malditos
esos escritos con rabia
con la sorna del dolor
enredada
en palabras...
Los escritos del infierno
del mismo fuego eterno
extraídos de las llamas
sin más testigos que
mierda.
Esos que vomitan odio
esos que destilan veneno
esos que te pican la piel
y enronchan
hasta el fondo.
Aquellos que te dejan claro
la futilidad de los días
la pereza de la piel
el desencanto
la desidia...
Los poemas malditos
esos que rasgan la vida
esos que carcomen fe
esos de hiel y cicuta
resbalando tu garganta...
esos del adios inclemente
de lo imposible y negado
eso que arañan la alegría
esos que sangran y estilan...
esos de la muerte anunciada
esos de perderte y no encontrarte
esos de impotencia asumida...
esos que casi no se escriben
esos que ocultamos al alba
cuando otra piel nos despierta
sin el sonido del alma...
los que callamos entre pliegues
los que germinan sin glorias
los que se deslizan amargos
en el tobogan
que es la vida...

V
En cuanto al firmamento y los malditos....

Aprenden que las estrellas
las cuelgan los fingidores,
escupen sueños en el rostro
y embardunan de mierda
la mirada.

Aprenden que los titilantes astros
esos de Darío y Neruda,
ruedan ,
gimiendo ,
por los tejados
de señoritas pudorosas
lo mismo que
de la puta mejor cobrada.

Aprenden que las palabras
dichas bajo el cielo nocturno
se repiten hasta pudrirse
y destilan pus sanguilonienta
cuando murmuran te amo.

Aprenden que los versos
más tristes de Neruda
son un enjambre maldito
zumbándote
la vida.

Aprenden que la princesita
inmaculada de Darío
se incineró hasta el alma
con la estrella prendida
al vestido.

A veces
los malditos
aprendemos astronomía.

VI
De los sueños y los malditos....
Los malditos no sueñan.
Los malditos
no roban los sueños de nadie.
Los malditos nacieron sin sueños.
Los parieron sin nada!
¡Ni siquiera alcanzaron a soñar que soñaban!
Y ,
Para que no olvidaran el estigma
La vida se encarga de recordárselos
día a día...
Los malditos no sueñan
Solo duermen por las noches,
Los ojos cerrados
La nada en sus mentes
vacío en las horas
ni ovejas que cuenten
ni perros que ladren...
A veces,
Sólo a veces,
Un perro les lame
les gime
y se abrazan
sin asco ni pena.
Quizás
su único sueño
sean las pupilas abiertas
cualquier madrugada.
Los malditos no roban los sueños a nadie
Acaso se los han robados ,
Todos,
a ellos....

 

© Margarita Carrasco

 

 


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