Sólo
por un instante
Diciembre es un canto sutil a los recuerdos...
se nos enrolla en el alma, en la mirada, en la voz aquellas vivencias
que se quedaron en el fondo de nosotros... sonrisas... penas...
alegrías...
No siempre es fácil compartirlas...
Nos va envolviendo el tiempo pasado, el que se vive y el que vendrá...
que antes parecía infinito y ahora ya sabemos que es finito... que somos
vulnerables, que es necesario comenzar a hacer la maleta porque en
cualquier momento se puede comenzar el viaje final... que ya no hay
mucho tiempo para soñar... que los sueños ya son en nosotros... en
nuestros hijos, en los que amamos... en lo que vivimos... en lo que
entregamos... en lo que recibimos...

Diciembre es un canto desgarrador al amor ausente.
Al padre que ya no está.
Al pavo relleno de ciruelas que ya no cocinará mi madre.
A Cecilia caminando Mozambique con el rosario en la mano y esa sonrisa
buena en su mirada.
Diciembre es la esperanza abierta al mañana.
Al día a día que vamos construyendo, quizás diferente al ayer de nuestra
infancia... pero que de alguna forma nos reconcilia con esos niños
asustados y de mirada inconclusa de nuestras navidades de antaño...
Diciembre es luz para el resto de nuestras vidas.
Sólo hay que mirar esos ojos de niño, anonadado en la humildad, en la
pobreza, en la verdad...
Sólo un segundo...
Sólo por un instante volver a ser niño y creer de nuevo en que, a
medianoche, todo el universo será un mismo respiro.
©
Margarita Carrasco